LA GAMAZADA EN CORELLA (1893-1894)





A pesar de ser un acontecimiento reciente y de gran carga simbólica en la Historia de Navarra, la "Gamazada", el conjunto de sucesos acontecidos en Navarra durante los años de 1893- 1894 como reacción popular a la pretensión del Ministro de Hacienda Germán Gamazo y Calvo, con el Gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, de modificar el régimen fiscal de Navarra y suprimir la autonomía fiscal vigente en aquellos momentos, no es apenas conocida hoy en día, como sucede, por cierto, con tantos otros aspectos de nuestra Historia.

Un corellano, Juan José Salamero Resa, rememoraba aquellos sucesos en un escrito del año 1932:


La "Gamazada"


(...) Y para que veáis lo que puede lograr la unión de todos, os vamos a referir un episodio consolador de nuestra Historia foral, en el que tomásteis parte activa muchos de vosotros, es decir, casi todos los que hayáis cumplido 50 años de edad. Nos referimos a lo que en Nabarra llamamos "la Gamazada", suceso famoso que tuvo lugar el año 1893, o sea, hace 39 años solamente.
 

Estaba entonces de Ministro de Hacienda el señor Gamazo, el cual quiso barrenar esa pequeña autonomía administrativa que, como sabéis, nos había respetado España, en 1839, al quitarnos los Fueros.
 

Y aunque semejante autonomía administrativa poco vale en sí misma, pues no es nada en comparación de lo que nos arrebataron, los nabarros la querían y la amaban más que todo por lo que representa; ya que para los nabarros era y sigre siendo un símbolo, un recuerdo de aquellos sagrados Fueros de que tan infustamente fuimos despojados.
 

Por tal razón y ante aquel nuevo atropello que Gamazo proyectaba, Nabarra entera, como un sólo hombre, se levantó ofendida y protestó con energía. Todos los nabarros, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, sin distinción de clases sociales se unieron en la patriótica y viril protesta. Nuestros Diputados forales marcharon a Madrid a parlamentar con el Gobierno español, pues con este fin habían sido llamados; y alí en Madrid, no tuvieron que hacer antesalas, ni mendigar favores, pues habían ido a hablar y hablaron de igual a igual con los Ministros, ya que con ellos estaba Nabarra entera y que a sus espaldas tenían al Pueblo nabarro todo unido como nunca.
 

Llegó el día fijado para el regreso de nuestros Diputados. Y a esperarlos afluyó a Castejón un inmenso gentío, procedente de toda Nabarra. De la Montaña, de la Cuenca, de la Ribera, de todas partes acudían en trenes, en coches, en carros, a caballo, a pie, miles y miles de nabarros, portando sus banderas, sus enseñas, estandartes, emblemas y acompañados de las Bandas de música de cada Pueblo, de los gaiteros, chistularis, chunchuneros, etc.; llevando los hombres en ambas perneras del pantalón y las mujeres alrededor de sus faldas, sendos letreros que decían: vivan los Fueros, viva Nabarra, y entonando patrióticas y alusivas letrillas que muchos de vosotros, los que estuvísteis en Castejón, recordaréis todavía.
 

Cincuenta mil personas se calcula que ocupaban aquel inolvidable día, la gran llanada de Castejón, habiendo necesidad de celebrar Misas de campaña, a fin de que todas ellas pudieran oírla con comodidad.
 

Y cuando el tren que conducía a nuestros Diputados entró en agujas, estalló un ensordecedor clamoreo de patriótico entusiasmo que resonó en los aires. Miles de vivas a Nabarra y a sus Fueros salían de aquellas gargantas febrilmente; miles de gritos entusiastas y fervorosos eran proferidos por aquellos patriotas enardecidos, mientras que las músicas de las gaitas y los chistus dejaban escuchar sus sones, y las banderas y enseñas y estandartes eran agitados con delirio por sus enorgullecidos portadores.
 

Y aquel mismo año, elevóse a Madrid un álbum de protesta con varios cientos de miles de firmas de nabarros de ambos sexos. Y aquel año también, fué cuando todos los Ayuntamientos de Nabarra dieron el nombre de los Fueros a la plaza o calle principal de cada pueblo. Y aquel  año, así mismo, fué cuando por suscripción popular entre todos los nabarros, se levantó en Pamplona, frente al Palacio de la Excelentísima Diputación Foral, ese grandioso Monumento a los Fueros que todavía se puede admirar enhiesto.
 

Y ante aquella serena, pero unánime y enérgica actitud de Nabarra, Gamazo presentó la dimisión y lo que nuestros antiguos Fueros conservábamos, fué respetado. Este es el famoso episodio, patriótico y admirable, que en Nabarra conocemos con el nombre de "la Gamazada".
 

Él nos enseña prácticamente la enorme fuerza que la unión de todos proporciona. No hizo falta entonces lanzarse al campo para hacer valer nuestros derecho, pues fué suficiente con que en Madrid nos vieran unidos a todos de verdad. Y es que cuando todo un Pueblo defiende una causa legítima y le asiste, además, la razón y la Justicia, no hay gobernante que se atreva a desoir sus voces.
 

Corramos pues, ribereños a unirnos todos, ya que en los tiempos modernos la unión es más precisa que nunca. No permanezcamos por más tiempo aislados, solitarios, con lo que nada se consigue y entremos cuanto antes a formar parte de esas fuertes y modernas organizaciones que recogen los deseos y esfuerzos de todos, para darles mayor robustez y eficacia prácticas.(...)

(ERGABIA, Miguel de (=SALAMERO RESA, Juan José), La Erribera por JEL. Folleto de propaganda nacionalista, Talleres de Euzkadi, Bilbao, 1932)



También queda constancia de aquellos hechos en las actas del consistorio municipal corellano de aquellos años. Así en el acta de la sesión extraordinaria del 2 de junio de 1893 se recoje el acuerdo de asistir en Pamplona a la manifestación convocada por las entidades y localidades navarras, en protesta del artículo 17 del proyecto de Presupuestos del Estado para los años 1893-1894. Y el 12 de febrero de 1984 enterado el consistorio del viaje de los miembros de la Diputación Foral a Madrid, en defensa del sistema tributario de Navarra, se acuerda desplazarse en pleno a Castejón para saludar y mostrar su apoyo a los Diputados, contratando a la charanga que dirige Isidro Gil, para que acompañe a la Corporación Municipal. 

El 10 de marzo de 1894,  se acordó el cambio de nombre a la Plaza Constitución (antes llamada Plaza del Mercado y Plaza del Rosario) por el de Plaza de los Fueros. La placa en la que figuraba el nombre de Plaza de la Constitución había sido quitada por el pueblo, que en septiembre de 1893 había protagonizado un pequeño motín.

El domingo 3 se septiembre, a instigación de los carlistas, según los liberales, y por la situación aterradora de la clase jornalera... que no ha sido más que el brazo, se produjo un tumulto en el que algunos grupos se dirigieron al casino Liberal-Fuerista gritando que no eran fueristas, intentando quitar el rótulo y pidiendo al alcalde la sustitución de la placa de plaza de la Constitución por la de los Fueros. Al día siguiente a la mañana, los grupos impidieron en la plaza del mercado que las mujeres que tenían los puestos pagasen los 5 ctms. que cobraba el ayuntamiento por arbitrio, todo lo cual hizo que el gobernador enviase a un oficial del Gobierno Civil para instruir el correspondiente expediente sobre las causas de lo sucedido.

LA GAMAZADA EN LA RIBERA

Por aquellas fechas hubo motínes en Tudela y en Cascante, y tumultos en numerosos pueblos. En Tudela los sucesos adquirieron cierta gravedad. 

Si a Gamazo lo cortaran
en rajas como a un melón,
no tendrían los navarros
penas en el corazón.


Los tudelanos, al paso del tren que conducía a nuestros Diputados para Madrid, cantaban los siguientes versos, con la música del Gernikako Arbola:

Tudela te saluda - Diputación Foral! - Y quiere que este canto – Te dignes escuchar. - Nuestras vidas y haciendas – Tuyas desde ahora son - Y nadie a nuestros Fueros – Vendrá a echar un borrón. - Porque aquí hay corazones – Do late el patrio amor – y quieren más la muerte – Que vivir sin honor.


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